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Grupo de investigación rescata la novela Viento Seco


Una nueva mirada a la novela Viento Seco, de Daniel Caicedo, escrita en 1953, hace parte de los resultados del Grupo de investigación Autores colombianos y latinoamericanos de la Escuela de Estudios Literarios de la Universidad del Valle.

Bajo el nombre En torno a la dimensión literaria de Viento Seco, el profesor Oscar Osorio, presentó los resultados de su investigación que buscan darle dignidad literaria a una novela que la crítica ha destacado más por relatar un hecho histórico que por su valor literario.

Viento Seco narra los acontecimientos ocurridos en octubre de 1949, donde se gesta un proyecto político genocida, con el fin de imponer una hegemonía conservadora en las poblaciones de la cordillera occidental en el Valle del Cauca.

Oscar Osorio señala: “La novela focaliza dos hechos de especial trascendencia en esta cam­paña homicida: la masacre de la Casa Liberal en Cali1 y la masacre de Ce­ylán. Además de estas matanzas, la última parte se dedica a la acción de las bandas liberales en el norte del Valle y la ilusión del proyecto guerrillero de los Llanos Orientales. La crítica se ha ocupado de examinar la relación de la novela con ese contexto social, señalando insistentemente su carácter testimonial y de denuncia, pero no ha dedicado ninguna atención al asun­to de la estructura formal o de sus búsquedas estéticas, como no sea para descalificarlas. Esta investigación se ocupa de estudiar algunos procedimientos a través de los cuales se hace patente la intención autorial de darle al relato de estos sucesos un tratamiento literario e, incluso, de llamar la atención del lector sobre esa dimensión textual.

El profesor Osorio, demuestra como a pesar de que el texto constituye una denuncia y fue escrito en la inmediatez de los sucesos y el dolor y rabia de la violencia de la época, contiene una estructura narrativa valiosa y mecanismos textuales que no deben ser despreciados por la crítica.

“No parece adecuado, en­tonces, reducir Viento seco a un registro morboso de la barbarie. La novela tiene fallas de todo orden, pero estas no se deben al desinterés o rechazo de indagaciones propiamente literarias sino a las limitaciones propias de un novelista sin experiencia. Daniel Caicedo era un médico urgido de dejar constancia de las atrocidades que se estaban dando en la región y en el país y echó mano de la literatura para narrar estos hechos, pero evidentemente no tenía la pericia suficiente, ni el distanciamiento necesario. No obstante esto, los ostensibles esfuerzos por darle dignidad literaria a su trabajo no son deleznables y no deberían seguir pasando inadvertidos por la crítica”, concluye.

Ver Ponencia en el siguiente enlace:

https://drive.google.com/file/d/0B3166DOwyCu0TklUaUZaSzRSS1E/view?usp=sharing


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