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Lunes, 09 Marzo 2015 

 

“Mujeres son las que desmilitarizan el país”

 

 

 

Está de regreso Elvira Sánchez-Blake  autora de obras como “Espiral de silencios” y “Patria se escribe con sangre”, que hablan de la mujer colombiana en la guerra.

 

La escritora regresa como profesora invitada al Doctorado en Humanidades Línea de Estudios de Género, y como becaria de la Fullbright para investigar el papel de la mujer en el postconflicto en Colombia, convencida de que la paz no se puede lograr sin ‘Ellas’, como tampoco se pudo llegar a la Mesa de Negociación de La Habana sin su voz.

 

“Me tocó vivir varios momentos dramáticos de la historia de Colombia, como el holocausto del Palacio de Justicia. Como periodista pude observar la toma del Palacio y ser testigo del secuestro del que fue objeto el presidente  Belisario Betancur y su equipo  político por parte de los militares que tomaron las riendas del asunto de manera ilegal. También cubrí las firmas de los acuerdos de paz con el M-19 y con las FARC en La Uribe”.

 

Elvira Sánchez.-Blake es Comunicadora Social de la Universidad Javeriana, y a raíz de los acontecimientos que la involucraron como reportera en el conflicto armado en los 80’s, salió del país hacia Estados Unidos, donde hizo un Doctorado en Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Cornell, y decide contextualizar su experiencia y la de otras mujeres tocadas por la guerra en Colombia, convirtiéndose en una de las pioneras en escribir sobre el tema.

 

“María Eugenia Vásquez, ex-guerillera del M-19 y autora de “Escrito para no morir: bitácora de una militancia”, obra que ganó, en 1998, el premio Colcultura en la categoría Testimonio, fue mi primer contacto con el mundo de la violencia en Colombia desde la perspectiva de la mujer militante”, recuerda.

 

“Cuando estaba escribiendo su libro nos reunimos varias veces y trabajamos juntas, como también hice con otras mujeres excombatientes, lo cual significó para mí unir la comunicación, el periodismo y la literatura”.

 

“Actualmente, cuando se habla de postconflicto, como profesora de la Universidad Estatal de Michigan e investigadora Fullbright, deseo, más que escribir, documentar a través del video los  proyectos que tienen las mujeres en colectivos; sus diferentes expresiones dramáticas, culturales, artísticas: teatro, arte, tejido,  mingas, bailes, ollas comunitarias, en su relación con el proceso de reconstrucción de la memoria histórica del país”.

 

Para la escritora no existe otro modelo de transición hacia la paz como el que se está llevando a cabo en Colombia, y las mujeres han sido fundamentales en este asunto destacando la ‘Ruta Pacífica de las Mujeres’, un movimiento feminista que nació en 1996 y reúne a más de 300 organizaciones que trabajan por la tramitación negociada del conflicto armado en Colombia.

 

“Los hombres siguen siendo los que toman las decisiones. Los que están en La Habana, los del Gobierno, son hombres. Los que tienen  que dejar las armas son hombres, que son los comandantes. Los que tienen que firmar la paz son hombres. Hasta allá no hemos llegado, pero por lo menos se está tomando en cuenta la voz de las mujeres porque en las subcomisiones hay representantes de los grupos y colectivos de mujeres. Esto es lo interesante de estas mujeres,  no tienen un partido político, trabajan desde ellas, no están ni con estos ni con aquellos”.

 

Así que Elvira Sánchez- Blake regresa para resaltar este momento de las mujeres, que como en otros aspectos de una sociedad patriarcal no ha sido visibilizado, y no se le ha dado la importancia que tiene.

 

“Aunque soy escritora, estoy más interesada en registrar a través del audiovisual todas las formas de narrar de otras mujeres, porque muchas de ellas están trabajando con diarios, talleres de memoria y formas que vienen de la narración oral como una manera de pensar su historia. Muchas han publicado libros y lo que está haciendo la Comisión de Memoria, Paz y Reconstrucción es documentar la historia de la gente, además como una terapia para superar el trauma”.

 

Para Elvira por este camino se continúa el discurso feminista, no como el reclamo baladí de que el hombre haga lo mismo que hace la mujer en la casa, el sitio que le ha asignado la sociedad tradicional, sino como aquella corriente que busca que la mujer marginada, que desconoce sus derechos, pueda encontrar la igualdad en medio de la diferencia, especialmente las mujeres que vienen de sectores indígenas y afrodescendientes, de tal manera que, así como la mujer alguna vez tomó la pluma  y se atrevió a incurrir en el mundo de los hombres a través de la escritura, ahora se atreva a verse en sus múltiples narrativas y como eje fundamental de la paz en Colombia.

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