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De las TIC a las tecnologías del Control: Javier Echeverría Ezponza,


Con un lenguaje crudo en algunas ocasiones, dramática en otras, pero en todo caso revelador, el filósofo Javier Echeverría Ezponza, quien estuvo de visita en la Universidad del Valle invitado por los Departamentos de Filosofía y Geografía de la Facultad de Humanidades, acabó con cualquier ingenuidad frente a lo que él ha llamado el Tercer entorno que difiere de los entornos naturales y urbanos en los que tradicionalmente hemos vivido y actuado los seres humanos.

Este Tercer entono hace referencia a un nuevo modelo de espacio social, el que nos ofrecen las tecnologías de la información y las telecomunicaciones, que, Echeverría califica de “Tecnologías del control”.

“Uno se ha comprado un nuevo celular, un nuevo software, un nuevo videojuego y tiene que actualizar algo, y viene el momento decisivo, modalmente y éticamente hablando, de aceptar o no las condiciones para la actualización. Todos, con esta servidumbre voluntaria que nos caracteriza, decimos acepto, pero ¿qué significa el acepto? significa que uno ha firmado un contrato con el “señor del aire” donde ha renunciado a buena parte de sus derechos como ciudadano. Son condiciones leoninas, entras o te quedas sin nada”, dice Echeverría.

Precisamente, en su libro Los señores del aire: Telépolis y el Tercer Entorno, Echeverría abre el debate sobre la democracia en el nuevo entorno social.

“Hoy en día he dado el paso, después de debatirlo con mucha gente, de usar el término de “tecnosiervos”. Aunque algunos más jóvenes me dicen que debería usar el término de “tecnoesclavos”, que tiene su más característica manifestación en la alegría con la que decimos en Facebook, me gusta”.

De esta manera, Echeverría hace la introducción a una nueva manera de ver la política y la gobernanza, ya que los “señores del aire” que manejan las redes telemáticas, no sólo internet, sino las redes bancarias y financieras, imponen sus normas, sin que los ciudadanos ni siquiera nos demás cuenta de la manera cómo manejan los hilos del control.

“No hay noción de bien común, de lo público. Una cosa es que Google y Facebook sean gratis y otra es que sean públicos. Son privados, la prueba está al intentar usted modificar el buscador de Google. Escríbanle a Google o a Zuckerberg diciéndole: “mándeme por favor el algoritmo de Google o el de Facebook, porque de pronto se me ocurre una mejora y con eso contribuyo al bien común. De paso, muestren la transparencia que Zuckerberg predica”. Pídanle que haga transparente su algoritmo, que es la base del poderío de la empresa, y no solo nos diga a nosotros los usuarios, que seamos transparentes con nuestros datos y costumbres, mientras él no aplica la transparencia”.

Echeverría llama la atención sobre la manera como los “señores del aire” colocan sus reglas en su dominio, pero no cuentan con una constitución donde reconozcan los derechos de sus usuarios, aunque sea el derecho de no ser expulsados arbitrariamente de la red como lo hace Facebook cuando algo no le parece políticamente correcto.

“No hay democracia. El poder ejecutivo, legislativo y judicial son uno solo en Twitter, Amazon, Facebook, etcétera. Son monarcas absolutos en su feudo porque no han aprendido la concepción de división de poderes, condición para hablar de democracia, incluso, los estados están subordinados a su poder, no solo económico sino político. Se puede discutir si es una aristocracia, son grandes artistas, grandes científicos, grandes tecnólogos y grandes capitales. El 93 % de los ingresos de Facebook es de publicidad. Artistas de la publicidad, es decir, que viven exclusivamente del marketing, sin producir nada. La clava es que quien trabaja y hace el producto son sus usuarios, los que introducen los contenidos somos nosotros. El capitalismo en el Tercer entorno ha encontrado la mina de oro. Facebook ha conseguido ser la tercera empresa del mundo con solo 9.000 empleados. Desde el punto de vista de generación de puestos de trabajo ha batido todos los records. La eficiencia es máxima”.

El filósofo insiste en que no puede confundirse la democracia con multitudes o, que mucha gente esté en un sitio, pues no hay democracia sin división de poderes.

“En este momento lo que hay que plantear es una gobernación multiagente, en conclusión, la noción de gobierno no sirve para internet, se requieren nuevos conceptos. Hay que diferenciar la política y tecnopolítica, entendiéndola como aquellas acciones políticas que se llevan a cabo en el Tercer entorno. No hay que pensar que solo los estados y gobiernos son los que tienen el monopolio de la política. La verdadera política se hace en el Tercer entorno y no en los Estados o gobiernos, sean democráticos o tiranos”.

Finalmente, el profesor Echeverría, frente a las dudas que estos planteamientos puedan generar sobre la tecnofobia sostuvo que esto significaría estar contra los seres humanos que hacen las acciones tecnológicas, entonces, “habría que pensar si estamos contra los humanos o contra las acciones”.


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